En un artículo de The New York Times se habla de una técnica de Eric Clua, director científico de Shark Med, para identificar a los tiburones que atacan a los humanos.
Gracias a esta técnica, una forma de perfil de ADN denominada “impresión de mordida”, se podría evitar los sacrificios masivos de tiburones cuando uno de ellos ataca a un humano. Estos asesinatos serían similares a salir al bosque y matar a los primeros mil osos porque uno de ellos atacó a un humano.
Según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburones de la Universidad de Florida, hubo 64 ataques no provocados a humanos el año pasado y 41 ataques provocados, lo que significa que una persona "inicia la interacción con un tiburón de alguna manera”. Únicamente cinco de los ataques fueron fatales.
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