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Ciencia errónea


Para Shark Med este artículo es un ejemplo de ciencia errónea. Ha sido ampliamente difundido en medios de comunicación apelando de manera sensacionalista al mito de la transformación que la luna llena ejerce en monstruos y fieras por presuntamente probar su influencia en la agresividad de los tiburones. Sin embargo la metodología científica en la que se basa esta conclusión cae en un grave error al confundir correlación con causalidad.


Al relacionar el aumento de accidentes de humanos con tiburones las noches de luna llena, no tiene en cuenta la cantidad exacta de gente que se puede estar bañando en esas noches y las que puede haber en otras fases lunares (muy escasa o casi nula en este caso). No es difícil pensar que, debido al romanticismo que envuelve a la luna llena, es durante esas noches cuando más gente va a la playa para contemplarla y que con más frecuencia acaban bañándose. También porque en esas noches la alta luminosidad invita más a disfrutar del baño que las noches más oscuras. Lo que aumenta las probabilidades de que ocurran accidentes con escualos es el hecho de que esas noches haya más gente en el agua y no implica que la influencia de la luna sea la causa de una mayor agresividad.


Aplicando la lógica de este artículo podríamos llegar a concluir que San Juan ejerce

un efecto mágico sobre las medusas en nuestras aguas, ya que la noche de San Juan

hay muchas más picaduras de medusa que en otras. Pero el sentido común nos hace

entender que simplemente se debe a que esa noche, por tradición, es con diferencia

cuando más gente se anima a un chapuzón nocturno.

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